No me gustaba la cáscara de
naranja mezclada
con la yerba y el pañal en los
tambores de chapa
cuando pasábamos por los recreos
de tierra
coronados por la vuelta al mundo
y la aerosilla.
ni el olor del asado que terminó
hace rato
ni el sol del invierno con el río
estancado.
Las cumbias y los pasacassettes
en los hombros,
el pelo con gel no eran nuestros.
Pero estaban y sabíamos.
Que era sólo los domingos.
El día del pueblo prestado.
Ahora los quiero de vuelta
Porque me acecha
Me acosa
El auto cero kilómetro
embotellado
Y me pega
La ropa deportiva cara
Los anteojos de sol
El Mac Donalds con perros y
chicos en la calle
y su manguera con desperdicios
Para mostrarnos
Toda la fe que tenemos que
amontonar
Para seguir creyendo
Que algún día van a volver a ser
La naranja, la yerba y el asado
Los desechos en los tambores.